Pocos hechos merecen un reconocimiento y una expresión de gratitud social tan fuerte como la gestión de actividades culturales que quiebran la cotidianidad del barrio y ofrecen alternativas de esparcimiento y conocimiento para comunidad. Tal es el caso de la primera edición de la Feria del libro Bosuna que se llevó a cabo el pasado domingo 1 de septiembre en el parque Antonia Santos
En medio de la tensión provocada en el territorio por los recientes asesinatos de dos jóvenes activistas Camila Ospitia y Camilo Sánchez ocurridos hace dos semanas en la misma localidad, hechos que aún no han sido esclarecidos y sobre los que recaen denuncias de participación de la policía, organizaciones sociales y colectivos populares unieron esfuerzos para promover un espacio en el que la comunidad Bosuna tuviera un encuentro con la palabra y la lectura. En una jornada que contó con la programación de actividades artísticas, conciertos, talleres de collage literario y técnicas de impresión artesanal, enviaron un mensaje de oposición a que el barrio sea tomado por la actividad del micro tráfico y el control de bandas criminales que ejercen dominio sobre la población y especialmente los jóvenes, y en contraste a esta lógica que se apodera de la vida de muchos barrios populares, ante la mirada pasiva de la institucionalidad, propusieron una vía distinta con la cultura como eje para promover la conciencia de habitar un espacio libre.
Para, Peti rojo y Waldy, gestor cultural que ideó esta indicativa la Feria “nace de experiencias en torno a la cultura propia y barrial, que busca emprender horizontes de lucha en donde se puedan juntar gestoras y gestores que desde su punto de vista aporten a la lectura, la idea es comprometer a la gente a leer, la idea es arrebatarle jóvenes a la vinolencia del barrio. Es una acción autogestiva que tiene mucha utopía y sueños”
Aunque la feria no se hace en el barrio que ha concentrado la atención de la opinión pública por los recientes hechos de violencia contra los colectivos artísticos en Bosa Porvenir, si tiene ese trasfondo en el que la apuesta es hacer uso de espacios públicos para la cultura y el conocimiento para Peti Rojo “la feria al ser cercana al Porvenir, busca un intercambio barrial de prácticas populares, además creo que el hecho de que ellos y ellas quienes fueran asesinadas muestra el necesario esfuerzo de comprometer a la gente para brindar protección al artista. Reivindicar que su actividad incomodaba un lugar que está siendo gobernado por la lógica de la injustica y el desprecio por la cultura, y por eso se asustan y disparan.” El reconocimiento para los colectivos y organizaciones que de manera autogestionada y en hora buena lograron la feria como Taller Zarigueya, Pueblos en Red, la Turba Kimerica, la Corporación Claretiana NPB, el Colectivo Estudiantil Sociedad y Conciencia y Malakaroza gráfica , y a quienes de manera anónima participaron de las actividades aportando su trabajo para ofrecer alimentos.