Sobre sombras y páginas para copiar y difundir en la FILBO 2025

Por: Promoción de lectura 2021

Ni que decir que ciertas actividades masivas descolocan en mí lo que considero ¨cultura¨ y que, no por ello, lo son en una menor medida que otras actividades humanas; en cultura también podemos incluir lo que las sociedades humanas hacen del encuentro y la prolongación de sus actividades económicas. Existen culturas a las que cuestionamos y que son una antítesis de nuestros postulados comunitarios. Vale decir que mayo es en efemérides una sombra en la historia sobre las luchas sociales, pues por estas fechas no sólo conmemoramos sino que traemos a la memoria eventos que nos son de vital importancia. Me detendré en eso más adelante. 

Concretamente diré qué estuve haciendo durante la FILBO 2025.

Se me brindó una entrada de cortesía con la que podía ingresar cada día a este multitudinario evento si así mi tiempo y disposición lo permitía. De antemano uno sabe que lo que verá allí cautivará los sentidos, la imaginación y el asombro. Muchas veces partimos de estos lugares en nuestras reflexiones diarias sobre la vida, sobre su esencia y sobre las experiencias sensibles que nos atraviesan. 

Desidealizar la cultura es otra manera de comprender el problema en el que estamos metidos. Por ejemplo, el robo es cuestionado, si alguien roba muchas cosas se dirán sobre su persona; si alguien roba por hambre la sociedad bancaria, de la vivienda y el mérito caerá sobre su espalda. Yo también he sido ladrón, he robado en la FILBO porque considero que a través del robo a corredores de bolsa de la cultura podemos acceder a prácticas horizontales sobre el conocimiento y el acceso a los saberes; por eso, antes de esta feria (2025) asistí como ladrón, no como un Robin Hood, pero sí como un Petirrojo con ¨sombrero y antifaz contra todos los señores¨. 

La FILBO y la hiper producción masiva: hay que llegarle a más gente; todos quieren hacer parte, nadie desea quedarse por fuera. Mostrar la independencia de los procesos. Ganar visitantes y suscriptores. Dentro del pervertido capitalismo nadie debería abogarse pureza, me digo esto a mí mismo mientras hago un recuento mental de mis paseos por portadas y contraportadas que vi a lo largo de la feria. 

El primer día de mi asistencia lo dispuse en ver un poco lo que por allí había. Pronto llegué a los salones de las charlas y conversaciones. De mi maleta extraje libros, fanzines y fotografías de los paros anteriores. La toma debe hacerse en marcos de la difusión del conocimiento, esta fue la apuesta a la que circunscribí mi acción directa. En la misma sala estaba el ex fiscal Barbosa, que, para quienes tenemos sangre en el cuerpo y mucho más, es otro redomado publicista de la derecha. En esta ocasión firmaba libros, porque como bien sabemos él se aboga el orgullo de decir que ha escrito ¨más de diez libros¨, de los cuales ninguno he leído (será por estas cosas que mi estulticia continua a la saga de conocer y leer). El caso es que no perdí la oportunidad de leer en voz alta y decirle que es un enemigo natural del pueblo, es decir, un fascista. Hasta que uno de sus policías vestidos de paisano –pues a la feria se va vestido de paisano para ganar distinción–, se me acercó creyendo que mis palabras se acallarían. De manera directa dije que los policías, cualquiera que fuera, tienen las manos sucias; todos, sin distinción, se prestan para cuidar al rico como en el chiste aquel de un rico que contrata a un pobre para matar a otro pobre y que luego es ascendido a medio pobre hasta que en una reyerta es abaleado y de medio pobre pasa a ser un pobre muerto con servicios funerarios totalmente pagos, pero con una bandera del amo sobre su féretro. 

También me sentí con suficiente tiempo en la palabra y entonces le conté sobre Orión, esa constelación que ha sido asociada a un mito griego sobre osos y cazadores. Así aludí a las historias que los suyos celebraban, que un tanto hablan de esos fracasos de la dignidad humana que llamamos Falsos Positivos. Y claro que leí algún poema de ¨El Punky¨ Mauri, algo que transcribo aquí: 

Conocido es el triste destino del rebelde que ataca el poder, que se caga en la autoridad y que combate francamente a sus enemigos: los pacos, el sistema, etc… Sabotea y se violento, hermosamente violento, naturalmente violento, libremente violento. 

Es la impresión convertida en un asunto impredecible de aquel o aquella que iba por una firma del mequetrefe, esa constancia de que ESTAMOS EN TODAS PARTES, de que una idea camina y desde la cual no dudaremos en incendiar el mundo si así lo hacemos más libre, sin cárceles, sin presxs y sin más víctimas del Estado. 

Curiosamente, ante unxs jóvenes leí un poema palestino (No sólo de paso, Heba Abu Nada), en frente, la autora Pilar Quintana firmaba libros y a la que invité para que conociera los libros de la Bibliocicleta. Ella, en su calidad de autora que reconoce a clientes tras sus historias y no a una persona que le comparte experiencias, con gestos de importancia dijo que estaba cansada. Pensé en que si hubiese pedido su firma tal vez habría dicho que sí, porque es lo máximo que un intelectual de esas características puede hacer por alguien: ver al otro subordinado ante su capital cultural. Que interesante es saber que esta autora durante la feria fue participe en un lanzamiento de una colección sobre autoras colombianas, dizque ¨rescatadas del olvido¨. De esta manera la elite intelectual, amparada por editoriales (multinacionales), roban los saberes populares y los convierten en mercancía, haciendo de la obra de ciertas mujeres censuradas en su tiempo, su riqueza particular. Hoy día la historia coloca a una autora de prestigio como Quintana en tales estrados del poder, pero en el papel de quien instrumentaliza los saberes originarios y los pone como antesala de premios literarios; con tiempo y distancia reconozco la maestría en La Perra, pero no me basta que una autora blanca y privilegiada un día decida escribir sobre los problemas de una mujer afro del pacifico empobrecida y marginada. Pero, ¿quién es uno para hablar sobre problemas existenciales de la mujer?

En otra ocasión la cosa se complicó. Me encontraba en el pabellón de Editoriales Independientes donde la independencia se ve reflejada en apuestas relacionadas a becas, recursos, estímulos y cuanta cosa aparezca para justificar presupuestos sobre la cultura; allí estaba junto a un amigo quien me ayudó a montar una cuerda para poner fanzines. En menos de lo que canta un gallo rojo y uno negro apareció la seguridad privada de Corferias (innecesaria cuando la feria es sobre la guerra y esta aglomera a policías del mundo, digamos en la muy conocida Expo-Defensa). Llegaron don hombres con voz de mando y radios en sus manos: que yo no podía hacer eso que si estaba autorizado que uno está haciendo competencia que muéstreme su pase… Y Petirrojo, venga leemos en voz alta, qué cuál competencia si yo no vendo nada y no es acaso este un lugar para la cultura del libro y sus prácticas. Debo admitir que la chispa se me estaba saltando y dije que con lecturas lo arreglábamos afuera, que cuál es el temor a leer. En fin, cosas que me tuvieron caminando por mi propia cuenta junto a mi amigo, y escoltados llendo hacia a la salida. Incluso, una bombera me pedían que me saliera como si estuviera tratando con un demente. Entre el inicio de esta acción y su culminación no pasó más de media hora, por lo cual me sentí un poco desanimado, pero sabiendo que una acción directa tiene la fuerza de una bomba en la consciencia de un verdugo y un esclavo. 

Es una lástima no haber recitado completamente un poema que comienza así:

Cantaba una mujer, cantaba

Sola creyéndose en la noche,

en la noche, felposo valle…

Mi papel como bibliocicletologo en la cultura es un papel un poco arrugado en las esquinas, el cual desdoblo cada vez que deseo acordarme de algo importante. Con este papel un día haré un hermoso fanzine que fotocopiaré y compartiré de manera libre. Por tercera ocasión fui a la feria, pero de manera pasiva, es decir, de quien al comprar una entrada o un libro siente que aporta a la construcción de la cultura de un país. Así en democracia y en las falacias que nos venden sobre la lectura, entre las cuales se dice que ¨leer te hace mejor persona¨ o que ¨leer te hace tomar mejores elecciones¨. No lo sé, en mi caso no ha sido así, es más, ciertas lecturas me han desbocado sobre abismos a los que no he caído enteramente para asombro de algunxs y también mío. Es lo insólito. Pero no para llegar al punto de decir que W es una mejor persona, sí alguien contradictorio y al cual le gusta leer sobre muchas otras cosas de la vida.

Por fortuna está lo interesante, lo que sorprende dentro de la maraña y el afán por el libro: escuchar a mujeres campesinas hablar en la feria. Quiba es una vereda de Ciudad Bolívar, de las pocas que aún quedan y que vale proteger por su acerbo campesino. Previamente, la editorial Estoraques me compartió un libro sobre este asunto, titulado Semillas de Memoria: Mujeres Quibanas y al que prontamente daré en recomendación pues su lectura nos aporta reflexiones y datos importantes. La charla se desarrolló sobre recuerdos y experiencias de estas mujeres campesinas, sobre sus percepciones de lo que ha sido el desarrollo de la ciudad sobre el campo. 

Debo decir que recuperé a un títere de dedo, el cual me acompañará como cronista en la bibliocicleta, en la calle donde existimos por igual pese a nuestros tamaños y envolturas.

/// La consigna nos lleva a un mes de memoria y conmemoración. La vida y la muerte de obrerxs anarquistas por lxs cuales damos apertura a este mes, que es también el de aquellxs que han muerto con un ideal en la boca y en las manos. Ni inocentes ni culpables, ni encarceladxs o enterradxs: más que nunca libres y fuera del alcance de todo opresor. Es la vida de los jardines y las huertas la que cuidamos porque en ella vemos brotar la faz de sueños de libertad. Tiene que arder el mundo para que de él veamos resurgir a quienes ya no pueden acompañarnos físicamente, es caer en la cuenta de que Nicolás Neira y tantxs otrxs renacen en un mes como este. Renazcamos pues a la sociedad sin cárceles ni jaulas /// 

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